Atrapando un sueño en el Monte de los Olivos en Jerusalen

El Monte de los Olivos en Jerusalen se encuentra al Este de la ciudad. Segun relata la Biblia, Jesus realizaba frecuentemente sus oraciones alli. Muchas veces imagine al Maestro caminar en el olivar.

Este lugar representaba para mi, EL espacio de meditacion por excelencia porque Jesus lo habia elegido en su paso por este mundo. Pero la imagen mental y las historias escuchadas o leidas, estaban lejos de lo que encontre alli. Estaba delante de un cementerio. Y no estoy hablando de un pequeño cementerio… Hay 150000 tumbas en el Monte de los olivos. Segun lo anunciado por el profeta Zacarias cuya tumba tambien se encuentra alli, este seria el lugar elegido por Dios para comenzar la redencion de los muertos. Y nadie se quiere quedar afuera! Por eso desde hace miles de años, los judios han querido ser sepultados en este lugar.

La energia cristica no esta alli.
Me puse tan triste que me retire al costado de un mirador desde donde se veia la infinidad de tumbas tapizando el suelo mientras las lagrimas me saltaban de los ojos sin llanto.
¡Fui a buscar al Maestro Jesus al lugar donde supuestamente deberia plasmarse su paso por el mundo y no estaba su energia alli!
Desde mi ser superior pedi a Dios que me mostrara donde lo encontraria.
Al momento una energia que semejaba un arrullo de luz me envolvio y supe que tenia que seguirla.
Indique a los que me acompañaban subirse a los carros y seguir a aquel donde yo viajaba. 

Soy una «cazadora de momentos» o «atrapadora de sueños» y para compartirlos es que viajo con grupos a distintos lugares del mundo.

Todos los humanos lo somos pero en su gran mayoria han perdido esa capacidad innata porque han elegido recuperar los malos momentos.
Quienes viajan conmigo se vuelven conscientes de ello.

Cada uno caza o atrapa lo que quiere o lo que puede.

Asi comenzo una canalizacion siguiendo a una energia que me guiaba hacia el lugar donde encontraria a la energia cristica en Jerusalen. Descubre lo que ocurrio a continuacion y a donde fuimos conducidos.
Brinda Mair